El misterio de los agujeros en los palacios

agujerosMe gusta tener visitas y hacer de guía en los palacios de Seúl. Llevo a mis amigos, y les voy explicando todos los detalles que fui descubriendo por mi mismo.

Últimamente, cosa que no me gusta, en varios palacios han puesto guías “obligatorios”, que no te permiten separarte del grupo, de una ruta marcada, y te acaban contando lo que ya viene en el folleto explicativo que puedes tomar a la entrada. Se pierde mucho la capacidad de exploración propia, de fomento de la curiosidad.

Uno de los detalles que me gusta explicar son los agujeros en el suelo, cerca de las paredes de muchos pabellones. Como se ve en la foto, hay pequeños agujeros formando casi una línea perfecta. Paralelos a las paredes, con forma casi redonda, algunos con gravilla dentro… ¿qué son?

Algunos me dicen que son decorativos, o quizás tenían una función litúrgica. Otros, más prácticos, indican que podrían ser marcas de la construcción del pabellón. La solución es más natural y sencilla. Un bello ejemplo de acción del tiempo, cayendo desde las puntas del tejado.

Soban, un restaurante coreano en Barcelona

불고기Comer en un restaurante coreano fuera de Corea es complicado. Primero porque no hay mucha oferta, especialmente en España, donde hay muy poca inmigración de coreanos (todo lo contrario a los chinos). Segundo porque si estás acostumbrado a los precios de Corea, todo te parecerá caro. Y tercero, porque se pierden los detalles auténticos, como que el ban-chan (kimchi y otros aperitivos encurtidos) aparece en la mesa gratuitamente (eso si, la etiqueta dice que no se pueden pedir).

Aprovechando mi estancia invernal en el Mediterráneo me planteé escribir un Top 5 de los restaurantes coreanos de Barcelona. Conozco media docena, pero solo he visitado 3, así que era una buena excusa para probar el resto. Sin embargo, la suerte quiso que un amigo descubriera uno nuevo, cerca de casa…

김치볶음밥El restaurante Soban (소반) abrió sus puertas hace pocas semanas, casi en la esquina de Rocafort y Roselló. Su nombre se refiere a la típica mesita plegable para comer, aunque en realidad no tienen mesas bajas. Al entrar solo vi coreanos comiendo, lo cual da muchos puntos. La jefa es una auténtica “ajumma”, en el mejor de los sentidos. Nos trae el menú en español, pero yo decido pedirle menú en coreano, hablando en coreano: su sorpresa fue tremenda. Por cierto, ambos menús tienen los mismos platos.

Pedimos bastantes platos, y la sorpresa fue también tremenda, ya que era todo barato (para Barcelona) y de gran sabor. El kimchi bindetok (6.90€) me hizo recordar el mercado de Kwangjang. La sopa de mandu (4€) era sencilla pero efectiva. El kimchi bokeumbab (6.90€), un plato que he ignorado en Corea, estaba suave y jugoso. El bulgogi (11€), más normal pero apetecible. Por destacar también un punto negativo, el chapche (8€) estaba demasiado seco.

반찬Todos los ingredientes eran auténticamente coreanos. Y la mayor sorpresa fue que tras servir un par de platos, la jefa nos trajo 7 (¡siete!) platillos de ban-chan, para cuatro personas. Gratis. No sé si porque le caímos bien, porque acababan de abrir y aun no tiene el “chip” de Barcelona, o porque quieren ser realmente auténticos. Nuestros corazones se llenaron de felicidad. Comer hasta reventar, ¡como en Corea! Descontando alcohol, por 15 euros puedes reventar, aunque por 10 puedes comer (hay menú de mediodía) o cenar muy bien.

También quiero visitar el restaurante Hanna y el Seúl, pues me han hablado muy bien. Pero teniendo el Soban cerca de casa, perdonadme si no completo la comparativa antes de volver a Corea.

Ondol: el suelo caliente

Ondol (underfloor heating)El ondol (온돌, “piedra caliente”) es la calefacción típica de las casas coreanas, consistente en calentar el suelo. Con un invierno realmente duro, los coreanos necesitan una buena calefacción durante varios meses. Y de entre las diversas formas de calentarse, desde el siglo IV el suelo radiante ha sido la mejor opción.

Si visitas cualquier edificio antiguo en Corea, ya sea palacio, templo o casa, se ve que la planta del edificio queda por encima del nivel del suelo. Suele haber un acceso a la base, donde se colocaba un fuego, y en la parte opuesta unas chimeneas, para aspirar el aire caliente del fuego. Con esto se calentaba todo el suelo de la casa. Tenía el inconveniente de que se escapaba humo entre las rendijas de suelo, pero si fuera hace -10ºC y dentro 20ºC, seguro que no les importaba un poco de olor.

Underfloor heating!Hoy en día se utilizan tubos de plástico con agua caliente para calentar el suelo. Un calentador de agua y una bomba hacen el trabajo. No hay casa en Corea que no tenga calefacción de suelo. La sensación es muy agradable, porque calienta uniformemente la habitación. El único inconveniente es que cada unos pocos años hay que reparar las posibles fugas o roturas de los tubos; por eso en Corea se suele utiliza suelo de vinilo o de parquet, para poder acceder fácilmente.

Lo más sorprendente del suelo radiante es que no se use en España o en otros países. Cada vez que estoy en España recuerdo con nostalgia el placer del suelo caliente. A nivel técnico es fácil de instalar. Además, se usa menos energía para calentar la casa, ya que el agua suele estar a 40ºC, mientras que en los típicos radiadores el agua debe ser calentada a 80ºC o más. Y la sensación es la más natural, si la comparamos con otros métodos de calefacción, como los radiadores, fuegos o estufas varias. La calefacción de suelo radiante “no se nota”, simplemente no hay frío.

En España hubo épocas con este tipo de calefacción, como fue el hipocausto romano o el de algunas termas árabes. Pero por alguna razón hoy en día no se usa. Probablemente por la tendencia a usar baldosas de piedra o cerámica para el suelo, que necesitan cemento para su correcto asentamiento, y por tanto es difícil de levantar. Eso, junto con un invierno suave, nos deja sin este sistema de calefacción. Si algún día fuera propietario, dios no lo quiera, lo primero será… ¡el ondol!

44 comidas de Corea

Un día echando un vistazo en la tienda Daiso (que ofrece todo tipo de artículos a precios baratos) vi de casualidad un juego sobre comida, por 2€. A pesar que no me gusta acumular cosas, parecía suficientemente interesante, así que no dudé en comprarlo.

Por cierto, es curioso que en España a las tiendas de artículos baratos se les llame “chinos” (por ser regentado por chinos), mientras que en Corea estas tiendas son japonesas.

comidas de CoreaEl juego se llama “식객”, traducido (via hanja) por “viajero de comida”. La verdad es que ni me he leído las reglas, aunque viene un mapa de Corea con puntos en muchas ciudades y 44 cartas, cada una con una comida típica, como se ve en la foto.

Cada carta representa un plato típico coreano, con su lugar de origen y además una descripción detallada. Por ejemplo, del tteokbokki de Sindang-dong dice que “en 1953 una anciana llamada Mabokrim abrió una tienda de tteokbokki en un solar junto a un arroyo en Sindang-dong, el único de la zona, y creo el tteokbokki con gochujang (pasta picante), tambien llamado tteokbokki de Sindang-dong”.

En definitiva, una guía perfecta para degustar los platos de la cocina coreana, por solo 2€ (3000원). Creo que ahora tengo una motivación extra para ir probando todas estas comidas. ¿Jugamos?

Mapeando Seúl con OpenStreetMap

Hace años si querías ver un mapa de un lugar te tocaba abrir el atlas, ese libro con mapas del mundo. O, alternativamente, los mapas cartográficos del ejército. Pero con la llegada de internet, pronto apareció la versión electrónica de la Guía Michelin, y luego Google Maps y similares.

Hoy en día todo el mundo usa Google Maps, que a nivel de usuario suele satisfacer las necesidades. Sin embargo, Google ya es malvado y tras cerrar otros servicios, está capando poco a poco el acceso gratuito a su Maps. Por ejemplo, si tu blog es popular y usas muchos mapas de Google, que no te extrañe que un día dejen de funcionar (pusieron un tope de visitas por dominio)… a menos que pagues.

Por otro lado, Google Maps solo es una fuente “visual”, ya que no ofrece muchos datos más puros; por ejemplo, no hay forma de conseguir las coordenadas de todos los tramos de la carretera N-30.
seoul watercolour
La alternativa totalmente libre se llama OpenStreetMap. Es como wikipedia, pero en lugar de artículos, editas mapas. Puedes agregar desde calles a buzones de correos. Por otro lado, a nivel técnico, puedes hacer peticiones con las capas de información que quieras… eso lo puedes procesar libremente como quieras. Por ejemplo, para generar un mapa “estilo antiguo” de Seúl (en la imagen), o incluso un mantel con el mapa de tu barrio.

O simplemente lo puedes usar para mirar mapas, o poner mapas en tu sitio web (mirar leaflet o switch2osm). Lo bueno es que, al igual de la wikipedia, te garantizan que es libre. Hay webs como Flickr o Foursquare que ya se han pasado a OpenStreetMap, por ejemplo.

En el caso de Seúl, todavía falta mucha información. Por eso hace unos meses decidí probar a agregar algunas calles. La manera más fácil es bajarse la app “OSMTracker” para usar el GPS de tu móvil y generar trazas. La app es un poco rústica, pero es fácil de entender. Luego importas las trazas en la web de OpenStreetMap y agregas las calles. Bastante fácil. También hay opción de usar una imagen de satélite como referencia, pero suele estar desplazada por lo que no te recomiendan usarla.

En definitiva, hay quien sale a correr y hace trazas de sus carreras para mejorar su físico o ego, y hay quien además usa trazas para hacer un mapa colaborativo en internet.

Morak morak, vapor humeante

Los coreanos usan muchísimo las onomatopeyas y las palabras miméticas en el día a día. Algo que sorprende pues, por ejemplo, en el español raramente las usamos. No decimos “una campana hacía tilín-tilín”, sino “una campana sonaba”. En coreano se convierten en adverbios.

Las onomatopeyas son representaciones de sonidos de la naturaleza. Desde los clásicos ladridos de un perro al lloro de un bebé. Además de fenómenos naturales. Por ejemplo, en coreano no es raro usar la onomatopeya de lloros, òng-òng (엉엉), en medio de una frase. O el latido del corazón, du-gun-du-gun (두근두근), usadísimo para mostrar tensión.

Hot bulgogiLo curioso es que también tienen “palabras miméticas”, algo que (creo) no existe en español. Etimológicamente (의태어) es “palabra de esbozo de actitudes”. Por ejemplo, mi favorito: el denso vapor humeante es morak-morak (모락 모락). “La comida salió morak-morak a la mesa”.

Otros ejemplos:
gobul-gobul (고불고불), en zigzag.
chal-chal (찰찰), desbordándose, derramándose.
dol-dol (돌돌), enrollando, rodando.
dòngsil-dòngsil (덩실덩실), bailando.
ònggum-ònggum (엉금엉금), arrastrándose.

No estaría mal trabajar creando palabras miméticas modernas…

La sopa más vieja de Corea

Hace unos días caía en mis manos la lista de los 100 restaurantes más antiguos de Corea. Concretamente esta lista (click para ampliar):
top 100Parecía un buen punto de partida, así que decidí ir al primer restaurante de la lista, 里門설농탕, “seolnongtang, la puerta de la aldea”. Lleva desde 1904 sirviendo Seollongtang, una sopa que se extrae tras hervir durante horas hueso de buey, y que se acompaña con cebolleta y sal. En un país como Corea, donde se derriba y construye de nuevo, donde se renueva constantemente, donde solo la novedad atrae, tiene mérito llevar más de 100 años sirviendo un plato sencillo.

Por cierto, el Seollongtang es el plato típico de la ciudad de Seúl, y no contiene picante. Un buen ejemplo de la comida no-picante coreana, y casi obligado de probar a visitantes.

seollongtangLa situación del restaurante es muy céntrica, en el barrio de Insadong, así que animé a Felipe y a Javi a probar a cenar allí. El lugar queda justo tras un gran edificio de McDonalds, toda una metáfora. Cruzamos el callejón y nos encontramos con un restaurante diferente a la foto que había visto en internet. Luego verificamos que era ese, y parece que lo habían reformado. Quizás en los 80.

La sopa estaba bien calentita, ideal para un día de invierno. Los acompañamientos sencillos pero también muy buenos: kimchi y nabo macerado muy buenos. Aparte, cebollino, sal y pimienta para añadir a la sopa según tu gusto. El precio, 7000 won (~4.80€). Sencillo pero perfecto.

Al estar tan cerca de Insadong, será un lugar a visitar, especialmente cuando tenga visitas. La dirección es Jongno-gu Gyeonji-dong 88.

El restaurante número 2 de la lista está en Naju, al suroeste de Corea, difícilmente accesible. Pero el número 3 es un restaurante de naeng-myung en Busan… ¿cuándo vamos?

El paseo del tarareo en Seúl

Humming wayMuy cerca del río Han hay otro riachuelo, el Banpo-cheon, por donde dar un paseo. Junto a este torrente de agua hay un camino habilitado llamado “Humming Way”(sic, en inglés). Concretamente empieza en la salida 1 de la parada de metro de Dongjak (línea 4) y acaba en la salida 5 de la parada Express Bus Terminal, con una longitud de poco más de 2 Km.

Este paseo tiene pavimento de goma, supongo que para incitar al deporte, además de una curiosa explicación del nombre. Según dice el letrero a su entrada, se invita a la gente a tararear, o textualmente “cantar con la nariz”. Un paseo “parecido a estar en plena naturaleza”. Si bien hay bastante vegetación, también se oye el ruido de calles cercanas, así que no es como ir por un bosque. Aun así, el paseo es bastante tranquilo, con poca gente y algunas zonas de vegetación densa.

PathwayUna sugerencia es acercarse desde allí a la calle “francesa” de Seorae, como sugería Eurowon en su blog. Yo solo lo recomendaría si vives en Seúl y tienes intención de comprar vino. Si no, es perder el tiempo, pues puedes encontrar mejor pan (por ejemplo en “Wood & Brick”) y mejores cafeterías (en Hongdae).

Otra sugerencia mejor es empezar la ruta en la salida 5 de Express Bus Terminal, recorrer el Humming Way, para desembocar en el río Han y volver hacia el este, hasta el puente Banpo. El paseo al lado del gran río coreano siempre es agradable. Además, en esa zona hay varias islas artificiales muy curiosas de ver.

Banpo bridge at nightPara rematar la tarde, vale la pena ver el espectáculo de fuentes de colores del puente Banpo, tras haber pasado por alguna tiendecita cercana a comprar algo de comida. Es decir, hacer un pícnic a la vera del río, mientras se ve un espectáculo de luces, con la vista del centro de la ciudad al otro lado del río. Suele haber espectáculo a las 8 y 9 de la tarde, aunque lo mejor es consultar la web de la oficina de turismo.

3500 metros de viaje subterráneo

Seúl es la segunda aglomeración del mundo, con 25 millones de habitantes. Así que hay que aprovechar el espacio, construyendo hacia arriba, pero también hacia abajo. Seúl tiene más de una docena de “malls” subterraneos, que acaban siendo una ciudad alternativa, especialmente cuando las gélidas temperaturas del invierno no invitan a salir a la calle.

tunelesLa zona de Jongno, el casco antiguo, es la más densa en cuanto a mundos subterráneos. Es habitual que si uno pasea entre el ayuntamiento y Myeongdong acaba viendo y bajando a alguno, que suelen estar llenísimos de tiendas y restaurantes, aprovechando cada metro disponible. En la imagen, por ejemplo, se muestran varios de la zona del ayuntamiento.

Lo difícil era localizarlos. Pero hace un tiempo descubrí que el mapa de naver (portal coreano) tiene dibujados todos los subterráneos. Echando un vistazo con más detalle, descubrí que hay conexión transitable desde la parada de metro de City Hall a la de Dondaemun de la línea 2. Cinco paradas de metro conectadas por un largo túnel.

Por tanto, puedes cruzar todo el antiguo Seúl, desde el este al oeste, bajo tierra: 3500 metros. Estoy tentado de hacer un día la caminata completa, empezando en la salida 9 de City Hall y saliendo por la 6 de Dongdaemun. De momento probé a hacer solo el primer tramo y me sorprendió ver la variedad de lugares a ver: desde una escalera-piano (que suena al pisar cada escalón) a tiendas de sets de tes antiguos. Parece un buen plan para una tarde de invierno… ¿quién se apunta?

Os dejo la ruta completa:
supertunel

10 cosas que no me gustan de Corea

Esta semana parece que toca quejarse. Así que ahí van mis 10 de cosas odiosas de Corea, sin orden específico.

1. La jerarquía de la sociedad
Los coreanos son gente muy amable y abierta, pero la sociedad está anclada en el pasado. Realmente sorprende aquí, en la tierra de los smart-phones. Hay que aparentar, evitar el “que dirán”, hacer lo que se espera de uno. Respetar hasta la estupidez al padre, al jefe, aunque uno sepa más. Si no te gusta el alcohol, pero tu jefe te lo sirve, nunca puedes decir que no.

En mi caso, en alguna ocasión he acabado cenando con un grupo de coreanos y el “jefe”, el de más estatus social, me “obligaba” a seguirle el juego: cosas como reírle las gracias sin sentido y no poder ir a casa hasta que él se levantara de la mesa, aun habiéndole indicado que era tarde y yo tenía mucho trabajo al día siguiente.

2. Los horarios de trabajo/ocio
Por esa jerarquía absurda hay que estar en la oficina hasta que el jefe se vaya. Y no es raro que el jefe se quede hasta tarde, para evitar ver a la mujer con la que se casó por prisas antes de los 30. Y si eres un empleado nuevo, hay quedarse en la oficina aun sin jefe, aunque sea no haciendo nada, hasta la medianoche. Toca aparentar. Igual sucede en las universidades, con alumnos pernoctando en las bibliotecas.

Si uno sale de noche de la oficina, los horarios de ocio se desplazan a la madrugada. En España la gente va a dormir a medianoche. En Corea, es normal que la gente esté despierta hasta altas horas de la madrugada, viendo shows en TV, cuyos presentadores tienen que hacer mucho ruido para que los espectadores no se duerman.

Ruido3. Ruidos
Hay 25 millones de habitantes en el área metropolitana de Seúl, viendo la TV de madrugada o bebiendo alcohol en el bar. Es imposible encontrar un lugar silencioso, pues incluso los parques públicos tienen hilo musical (esto realmente lo detesto).

Además, siempre hay obras. Mires donde mires los coreanos construyen infraestructuras y viviendas. Y pican el suelo, por supuesto sin ninguna protección (ni casco ni insonorizadores), para pasar más y más cables.

Building matrix4. Colmenas
¿Y donde metemos a 25 millones? En lo que llamaríamos colmenas. Arquitectura sin ninguna creatividad. Casas sin ventilación. Los coreanos tienen un gusto nulo en la construcción de edificios. Ni la URSS construía edificios tan feos.

También son un desastre remodelando. Por ejemplo, el caso de la puerta de Namdaemun tras un incendio, tesoro nacional número 1: no importó añadir detalles de decoración nuevos. O si vas las aldeas tradicionales de Bukchon o Jeonju, te encuentras casas construidas hace 2 años (eso si, muchas de ellas con aspecto de casa tradicional). Incluso se plantean remodelar Insadong, el barrio turístico por excelencia.

5. Relaciones chico-chica
La mezcla de poco tiempo libre y sociedad retrógrada repercute en las relaciones chico-chica. Una chica no puede dejar de vivir de la casa familiar hasta que se casa y debería casarse antes de los 30 (casi “con quien pueda”). Así que a la menor posibilidad de contacto, tantean el territorio.

En mi caso, hubo un tiempo que hacía intercambio de idiomas, coreano por español. Curiosamente el 90% de los estudiantes de español son chicas. Así que quedé con varias chicas: ir a una cafetería y practicar idiomas. Pero notaba que no habían venido “solo” a practicar español, sino también a “evaluarme” como posible marido. Parecían dar por sentado que habría una relación amorosa. ¡Nada más lejos de la realidad!

6. Mi ex-novia
Es broma.

Hot bulgogi7. Comida ardiendo y con prisas
En Corea me quemo la lengua una vez al mes. La regla en los restaurantes es que el plato debe salir borboteando a la mesa. Si no, el coreano podría quejarse. Esto tiene su sentido durante el durísimo invierno coreano, pero en las otras 3 estaciones no es necesario.

Además, es normal cocinar muchos platos en la misma mesa, con un fuego de gas o de carbón. En el caso del gas, tengo la costumbre de bajar la llama; hasta que segundos después la camarera vuelve a subirla. Porque en Corea hay que comer rápido y dejar la mesa para los siguientes comensales. Igualmente, no tardes más de 30 segundos en decidir un plato del menú, o te mirarán mal.

8. Motos por aceras
Uno de los efectos del querer la comida ardiendo es que las motos de reparto deben ir casi volando para entregar la comida bien caliente. Los motoristas toman la excusa y conducen por todos lados. La diferencia entre calzada y acera no existe. Los peatones solo son molestias que deben apartarse a su paso. Incluso el gobierno creó un ley para prohibir el uso de las motos en aceras, con nula aplicación.

9. Internet alternativo
En Corea solo se usa Internet Explorer como navegador, e Windows como sistema operativo. Es la tierra soñada de Microsoft. Esto hace que toda web coreana esté únicamente optimizada para Explorer, usando en muchos casos cosas muy específicas, como Active-X. Si no tienes esa configuración en el ordenador, ni te molestes.

Por otro lado, si no tienes número de identificación coreano (ya sea DNI o NIF o similar), tampoco te molestes. Años atrás el gobierno creó una ley que obliga a toda web coreana a mostrar el DNI de cada uno de sus usuarios. Un grave error que cerró la expansión internacional de muchos sitios web. Así que la web coreana evolucionó aparte. Cosas como que no se dice “foro”, se dice “cafe”. Cosas como bloquear el menú del botón derecho para que no copies ningún texto. Cosas como “romper” el botón de ir atrás.

Por cierto, Corea bloquea un montón de webs. Por ejemplo, las web de porno. Tampoco se pueden ver páginas relacionadas con Corea del Norte. Y, en alguna ocasión, incluso cosas inocuas como ¡webs de música!

10. Frío
En invierno hace un frío muy duro. Pero además, el invierno acaba siendo muy largo. A mitad de noviembre empiezan la temperatura baja a negativo. Y a principios de abril suele darse la última nevada. En enero y febrero hay que hacer una planificación previa antes de salir de casa. Por eso he decidido abandonar a mis amigos de Corea este invierno y volar a lugares más cálidos.


Esta entrada nace tras leer las cosas que no gustan a Felipe, Iván y Robert. Luego Arnau y yo nos apuntamos a dar nuestra opinión, y aquí queda. Por supuesto, también hay muchas cosas positivas en Corea, pero yo destacaría una: ¡la gente!