La mejor carne de Asia

Kobe meatEn Asia es la carne de ternera más consumida es la australiana. Australia ha sabido vender muy bien su producto, a pesar de la enorme distancia (desde Seúl, Alemania está tan lejos como Australia). Sin embargo, hay dos carnes locales que merece destacar, una de Japón y otra de Corea.

En Japón, hablar de carne es hablar de Kobe. En Marzo tuve la suerte de ir de viaje a Japón junto a Miguel, y fue una de las ciudades que visitamos. En esta pequeña ciudad costera, a la vaca se le da un trato exquisito, consiguiendo que en su carne las vetas de grasa se distribuyan uniformemente. Esto da una textura única, de hecho, destacaría más su textura que su sabor.

Kobe meat La ternera suele tener una carne más dura, pero la de Kobe casi se deshacía en la boca. El sabor, como una buena ternera gallega. La que probamos fue cocinada en una plancha, donde primero se calentó mantequilla con láminas de ajo fritos. Sobre esa grasa se coció la carne rápidamente, en pequeños trozos. Así que parte de la mantequilla y el sabor del ajo se transmite a la carne, lo cual puede tener pros y contras.

En Corea hay muy pocas vacas, ya que es un país muy montañoso y no hay espacio para ganadería. Sin embargo, es famosa la carne llamada “Han-u (한우, 韓牛)” de la provincia de Gangwondo, al este de Seúl. Son vacas criadas en libertad, que producen una carne exquisita.

Let's eat!Hace unas semanas nos acercamos al mercado de carne de Majang, en Seúl, buscando han-u. Al entrar a unos de los restaurantes, se elige primero la carne y luego se pasa al comedor con fuego en cada mesa. Las opciones de carnes son extensas, así que acabamos eligiendo han-u de clase media-alta, para probarla, y luego carne de cerdo para rellenar.

La cocción de la carne se hace en la misma mesa, en un fogón de carbón con una rejilla encima. Un detalle muy interesante es que el fogón tiene a su alrededor un “canal” de agua (casi no se aprecia en la foto). Esto hace que haya un poco de vapor, que ayuda a que la carne no se seque tanto por la cocción por el aire caliente y radiación del carbón. El resultado, una carne de sabor especial, con mucha jugosidad.

¿Hay hambre?

Tan lejos de España como de Nueva Zelanda

Hace unos días comentaba con una amiga, que también vive en Corea, la posibilidad de volver a España vía Bangkok (antes que dieran el golpe de estado). Esto es, aprovechar y viajar a algún país del sureste asiático, como puente a Europa. Ella pensaba que Bangkok estaría más cerca de España que Corea, concepto que tuve que discutirle. De hecho, aunque parezca absurdo, Seúl y Bangkok están exactamente a la misma distancia de Barcelona. Y para rematar, Hanoi un poco más cerca.

Mapa azimutal de SeúlEstamos acostumbrados a ver el mapa del mundo con la proyección de Mercator. Pero no es mala idea tener en mente un mapa azimutal centrado donde residamos. Por ejemplo, el de Seúl nos muestra detalles muy curiosos, como:

  • Nueva Zelanda está tan lejos como España
  • Sydney queda a la misma distancia que Berlín
  • Para ir a España “caminando”, hay que ir más hacia el Norte que el Oeste
  • De hecho, casi todo queda por encima de la línea Este-Oeste: América, Africa, Europa…

En definitiva, las cosas no son lo que parecen sobre una superficie curva.

mapa azimutal desde BarcelonaSi miramos un mapa azimutal centrado en Barcelona (click para ampliar), también veremos que las distancias mentales que damos por sentadas son erróneas. Y también las direcciones. Por ejemplo, para ir desde Alicante a Corea en un hipotético vuelo directo, hay que enfilar al noroeste y pasar por Barcelona, a pesar que Seúl tiene la latitud de Murcia.

Si os interesa hacer vuestro propio mapa azimutal, hay un servicio en internet para generarlo. Yo suelo poner como distancia máxima del borde a 10,000 km, que es justo la mitad de la circunferencia terrestre. De nada.

Mi sitio favorito en este planeta

Hace unos días el amigo Xavier Colomés estaba de viaje y comentaba que “su sitio favorito en este loco planeta es el Paseo de los Tristes, Granada“. Eso me hizo pensar cual sería mi sitio favorito. Al momento pensé 3 lugares: los jardines de Laribal en Barcelona, el castillo de Sax (Alicante), o el palacio del Gyeonghuigung en Seúl. Los tres combinan arquitectura con naturaleza y silencio. Puestos a elegir uno, me quedo con…
Main palace
Gyeong-hui-gung (경희궁, 慶熙宮, literalmente “celebración brillante palacio”) o palacio del oeste, es uno de los 5 palacios de la dinastia Joseon, que reinaron en Corea desde el S.XIV al principio del S.XX. Estos palacios son lo más destacable a ver en Seúl, siendo Patrimonio de la Humanidad uno de ellos.

Está a 5 minutos andando del mismísimo centro de Seúl. El único con entrada gratis. Pero el más pequeño, aunque originalmente (antes que los japoneses lo arrasaran) era grandísimo. Lo curioso es, por extraño que parezca, que normalmente está vacío. Como muestra, un vídeo que grabé el pasado domingo a las 2 de la tarde, cuando en teoría tendría que estar a rebosar de turistas… (ver con volumen alto)

The treeEn un estruendoso Seúl, este palacio es un increíble remanso de paz. Miras a un lado, y solo ves montaña y árboles, al otro, rascacielos. Miras arriba y abajo, y ves la nieve en los tejados, deshaciéndose y cayendo formando recuerdos en las rocas. Y te sientas a leer un libro bajo el sol de otoño, mientras las hojas de mil tonos ocres van cayendo. Es la sombra deseada bajo el calor húmedo del monzón. Y el lugar del paseo primaveral. Cada una de las 4 marcadas estaciones en Corea ilumina el palacio de manera nueva.

Finalmente, a un lado de la salida se halla quizás el árbol más majestuoso de Seúl, un Zelkova serrata de unos 380 años, con escasos 19 metros de alto, pero con un tronco sacado de una leyenda. Con una circunferencia de casi 4 metros, el tronco se abre de forma que cabe una persona dentro. Quien pudiera entrar ahí y salir 380 años atrás, en el año 1630, para poder ver el esplendor original de un palacio que equilibra todo su alrededor.

Más fotos del palacio en mi flickr.

La ruta alternativa al visitar Seúl

Cada vez que tengo que enseñar la ciudad de Seúl a forasteros me encuentro con el mismo problema: encontrar el equilibrio entre los lugares de “visita obligada” y los lugares “que me más me gustan”.

Seúl tiene unos cuantos monumentos que hay que visitar, solo para poder decir “yo estuve allí”, muy al estilo del turismo coreano. Recuerdo hace años visitar la National Gallery de Londres con un amigo coreano, que quería ignorar una sala con Monets simplemente porque no estaba en los “destacados a ver” de su guía. Sin embargo, hay casos totalmente opuestos en Seúl, donde por ejemplo te dicen que hay que ver Gangnam… pero en realidad no vale la pena.

Following the path besides the lakeLos 5 palacios de la dinastia Joseon son famosos en Séul, pero a mí los que más me gustan son los que los turistas apenas van. Por supuesto, el Gyeongbokgung (el más grande) es de visita imprescindible, pero a mi parecer los palacios más alejados también tienen su atractivo. Al oeste, el Gyeonghuigung es pequeño, pero muchas veces no hay nadie: sentarte en una esquina de un palacio del S.XVI a oír como la nieve se deshace en los tejados y cae golpeando la piedra es fantástico. Al este, el palacio Changgyeonggung tiene un pequeño lago y un invernadero: pasear por la noche a la luz de los faroles reflejados en el lago no tiene precio.

Nature and templeLo mismo pasa con otros lugares, como los templos budistas. En Seúl todo turista acaba yendo a ver Jogyesa, porque está al lado de Insadong, y quizás Bongeunsa, por estar cerca del COEX. Pero los templos en el centro de la ciudad no se pueden comparar con templos situados en la montaña. El templo Gilsangsa es un ejemplo perfecto de lugar que no sale en las guías, pero mucho más bello que los marcados como “visita obligada”. Quizás no tenga una historia o la relevancia que tiene Jogyesa, pero a los ojos poco importa. Otro caso de templo en Seúl pero en montaña es Bongwonsa, cerca de la zona universitaria de Sinchon.

Seoul skyline from InwangsanY si de montañas hablamos, es obligatorio ir a Namsam, porque al estar en el centro de la ciudad la vista es magnífica. Sin embargo, a mí me encanta la vista desde Inwangsan, montaña chamanista muy fácil de acceder. Ver el Gyeongbokgung, el centro de Seúl y el río, desde una montaña con curiosas formas rocosas, oyendo cánticos a lo lejos, es toda una experiencia.

Y no olvidemos los parques, algunos fantásticos como Seonyudo, localizado en una isla en el propio río Han. También los riachuelos, aunque ahí mi favorito sigue siendo el clásico Cheonggyecheon.

Lo mismo pasa con la comida. Venir a Seúl y pedir un bibimbap es absurdo, cuando puedes pedir el mismo plato en cualquier restaurante coreano del mundo. En Corea hay que probar la comida coreana de peso, la que se comparte, y es difícil ver fuera de Corea. Platos como dak-kalbi, jjim-dak, galbi-jjim, etc, te harán recuperar fuerzas tras un intenso día de turismo.

¿Cuándo vienes?

Exhausto Seúl

Llevo casi 2 años y medio viviendo en Seúl. Una ciudad se puede retratar de muchas formas, pero lo que da alma al lugar son las gentes que lo habitan. Por eso, de entre todos los documentales que he visto sobre Seúl, me quedaría con “Bitter, Sweet, Seoul”.

En 2013 se recopilaron 11852 vídeos, de entre 2821 personas, reflejando detalles de Seúl. El ayuntamiento reclutó al famoso director Park Chan-wook (“Old Boy”) y su amigo Park Chan-kyong para la titánica labor de montaje.

El nombre inglés es “Bitter, Sweet, Seoul”, pero en coreano transmite más. El título original, “고진감래 (gojingamnae)”, es en realidad un refrán coreano con etimología antigua (苦agrio, 盡exhausto, 甘dulce, 來volver) que podría traducirse al español como “el que algo quiere algo le cuesta” o “a quien madruga Dios ayuda”. Trabajar incluso después de cansado.

Las gentes de Seúl tienen que trabajar duro, vivir duramente. “열심히 (yolsimhi)” es en coreano “con toda el alma”, un adverbio que aprendí nada más llegar. Es lo mismo que responde el vendedor de máscaras (minuto 7), tan ocupado en su trabajo que ni sabe responder si es feliz. Simplemente vive con todo el esfuerzo. Y a veces, como en el minuto 48, llega el dulce.

Imagino que no es un documental para todo el mundo, y quizás solo los que conocemos Corea podemos entender muchas sutilezas, reconocer los lugares, empatizar con la gente. Aunque como toda película, hay momentos malos. Por otro lado, para la gente que solo visita Seúl por unos días o semanas, quizás el video “Do you know South Korea?” sea más apropiado… pero se pierden la esencia: como vive la gente realmente. 열심히.

La ciudad del WiFi

Seúl es la ciudad del WiFi omnipresente. En cualquier lugar de la ciudad, hay un 50% de probabilidades de cazar una WiFi abierta. Y si no, caminando hasta la siguiente esquina te garantizas casi un 100%. Los que vivimos aquí acabamos mapeando mentalmente lugares con WiFi en el barrio: en el semáforo de la calle de abajo, al bajar las escaleras mecánicas del metro, en aquel banco…

Corea es el país con mayor velocidad de internet del mundo y además con una estabilidad increíble: en casa no me ha fallado nunca (repito, nunca) la conexión. Sin embargo, otros países cercanos como Japón no tienen WiFis abiertas. ¿Por qué?

router iptimeLa primera razón del WiFi abierto es la venta de routers sin contraseña por defecto. Mucha gente necesita WiFi en casa, donde suele haber solo cable de red, así que compra un router (desde 16€). Se enchufa y funciona, así que no se pierde el tiempo configurando una contraseña. Del mismo modo que el “tono Nokia” se convirtió en parte de la cultura popular, justo por ser el tono por defecto. Si ves una WiFi de nombre iptime, zio, netspot, etc… es justo este caso.

Además, en muchas casas coreanas la conexión es parte de la comunidad, especialmente las nuevas. Eso hace que tengas menos reticencias a que te roben el ancho de banda, pues ya lo compartes con los vecinos. Y si no es conexión comunitaria, el coste mensual es bajo (unos 15€ por 100Mbs), por lo que mucha gente no le importa compartir. Por cierto, en mi primera casa tuve que darme de alta y tardaron menos de 24 horas en conectarme ¡y el técnico se disculpó por haber tardado tanto en venir a casa! Cuando me fui de la casa, la baja de internet fue una operación telefónica sencilla.

tabletaComo colofón, hay muchísimas WiFis públicas. Por un lado, muchas calles comerciales tienen WiFi ofrecida por el ayuntamiento. Centros comerciales también ofrecen WiFi abierta. Y locales como cafeterías y restaurantes suelen tener WiFis cerradas, pero es habitual que te muestren la contraseña en un cartel junto al mostrador o en el mismo ticket de compra. Algunas cafeterías incluso te ofrecen un PC, o Mac, o incluso tableta (en la foto, tableta incrustada en la mesa), para que puedas navegar mientras te tomas el café.

En Corea hay 3 compañías de telecomunicaciones que se reparten el mercado. Si eres cliente de una, además tienes acceso a cientos de WiFis de la compañía, cerradas a no clientes. Al final, cada autobús y cada vagón de metro tiene 3 WiFis, una de cada compañía. Así es imposible no estar conectado.

Sin embargo, este año he decidido no tener teléfono coreano. El año pasado tenía SIM coreana (con 3G y LTE) de prepago, pero la devolví al ir a pasar el invierno a España. Ahora, con tanta WiFi disponible, no tengo necesidad real de tener línea telefónica. Con Kakao Talk (la app de mensajeria coreana, mejor que Whatsapp) me es suficiente.

Recuerdo hace 15 años, cuando se puso de moda el teléfono móvil, que me gustaba la idea de tenerlo por los SMS, pero no por las llamadas. Siempre he considerado que llamar es una ruptura del ritmo de la otra persona, una falta de respeto. El que recibe la llamada está obligado a responder al momento (aunque sea para decir “llame en 10 minutos”). Recibir un mensaje, por contra, no obliga a nada. Pueden pasar unos minutos sin contestar. Parece que por fin he llegado a la tierra soñada: mensajes + no-llamadas.

Kyoto

KinkakujiDe nuevo viaje a Japón. Y nuevamente tuve la suerte de pasar por Kyoto, durante día y medio.

Kyoto me sigue pareciendo una ciudad perfecta para pasear. La mayoría de las ciudades de Asia han crecido exponencialmente, abruptamente convirtiéndose en monstruos donde se rebosa gente. Incluso Seúl, con todos sus atractivos, es en realidad una gran colmena donde todos luchan por un metro de espacio, yo incluido. Y eso hace que se menosprecien grandes espacios públicos donde relajar los sentidos paseándose, aunque en los últimos años se está volviendo a pensar sobre esto.

En cuanto a población, Kyoto aparenta un pueblo tranquilo, teniendo más de 1 millón de habitantes. A veces pienso que Barcelona es demasiado pequeña, y otras veces demasiado grande. Por otro lado, ciudades como Tokyo, Seúl o México DF me parecen enormes, donde un poco de humanidad se pierde al tener que robar espacio vital para construir infraestructuras.

Kiyomizudera!No sé si en una vida paralela me gustaría vivir en Kyoto, pero si al menos tener más tiempo para pasear. Con su increíble herencia cultural, hay que visitarla durante al menos una semana. Visitar sus templos, comer donburi y ramen, pero también sufrir sus retrógrados autobuses y caros trenes.

En este viaje además pasé por Osaka, ciudad típica japonesa. También subí al monte Koya, un entorno fantástico, aunque nos nevó y casi morimos de frío. Finalmente pude comer la deliciosa carne de ternera de Kobe, en Kobe, con un sabor igual a la ternera normal pero con una textura delicada que casi se deshacía en la boca.

Desde Corea, ¿a dónde?

España y Corea-JapónEl próximo fin de semana estaré por Osaka paseando. Dicho así, parece un vuelo largo y exótico, pero viviendo en Seúl es como ir de Barcelona a Sevilla de fin de semana. 830Km, una hora de vuelo.

Para tener una idea de distancias solo hay que ver esta imagen de Corea y Japón con la silueta de la península ibérica superpuesta.

Si tomamos Corea como campamento base, Japón queda muy cerca.

También se puede a volar a China en menos de 2 horas, aunque requiere visado. Por ejemplo Seúl-Pekín es como Barcelona-Cádiz.

El siguiente país “libre para turismo” (sin pedir visado) es Taiwan. Seúl-Taipei son 1500Km, o sea, un Barcelona-Berlín.

Por proximidad el siguiente país es Mongolia, que requiere visado y es poco conocido. Un Seúl-Ulán Bator es como Barcelona-Varsovia.

Y para el sur hay numerosas opciones, algunas lejanas pero sorprendentemente baratas. A Filipinas, Seúl-Manila es Barcelona-Helsinki. A Vietnam, un Seúl-Hanoi también es como Barcelona-Helsinki. A Guam (una isla de EEUU en el Pacífico), Seúl-Guam es un poco más que Barcelona-Moscú.

La verdad es que Corea no es mala base para visitar el lejano oriente, aunque creo que la base ideal es Taiwan, porque permite acceder a todos los archipiélagos (Filipinas, Indonesia, etc) con mayor rapidez.

Abueletes coreanos en Barcelona

abuelos en BarcelonaEsta semana empezaron a emitir “abuelos mejor que flores (꽃보다 í• ë°°)(*), un programa del canal TnV tvN coreano que narra las vivencias de varios ancianos famosos coreanos de viaje por España. De momento han hecho el capítulo 1, la preparación del viaje y la llegada a Barcelona.

Aparte del típico estilo de reality show con textos sobreimpresos continuamente, es curioso ver Barcelona desde otros ojos. Especialmente desde ojos de viejos coreanos. El más viejo del grupo es el jefe (pura sociedad coreana), que se estudia mapas y pregunta siempre por direcciones: es el único que habla inglés, para colmo.

abuelo viejoLas sorpresas son continuas. Uno de ellos carga con varias botellas de soju (alcohol coreano) pero sorprendentemente le dejan pasar en la conexión en el aeropuerto de París. Llegan por la noche al Prat, y en lugar de tomar un taxi hasta el hostal, deciden ir en Aerobus hasta Plaça Catalunya. Medio perdidos aprovechan para cenar tapas en Passeig de Gracia (por un riñón, imagino). El jefe se para a preguntar por la calle Consell de Cent, y olvida su maleta, que milagrosamente no se la roban. Vuelve a preguntar a unas chicas en la calle, y como un viejo verde continua una conversación vacía. Y caminando a media noche hasta el hostal.

abuelos en can BarçaEn Corea descubrí la gran pasión que tienen los coreanos por Barcelona, a pesar de no haber vuelo directo. “La ciudad de Gaudí” es casi tan onírica como “el romanticismo de París”. La ven como la ciudad perfecta “española”, a pesar que muchos conocen detalles sobre el hecho catalán.

Curiosamente, los coreanos no suelen ir de hotel, sino que se alojan en hostales coreanos, casas particulares de coreanos que habilitan habitaciones para alquiler. Es un estilo de hospedaje que en Corea se ha mantenido con el paso del tiempo (de hecho el coreano tiene una palabra específica, 민박). Los precios en Barcelona son equivalentes a hoteles, pero ofrecen desayuno coreano (arroz y encurtidos varios) y guía en coreano.

¡Espero con ganas el siguiente capítulo del programa! Es emocionante ver Barcelona así.

(*) La expresión del coreano “mejor que flores” es una manera de ensalzar personas, una forma de hablar de difícil traducción al español.

En la tierra del tokboki

MenuLa primera vez que fui a Corea solía comer en un pequeño restaurante cercano a mi alojamiento. Sin saber casi nada de coreano, ni gastronomía, siempre solíamos pedir lamyon (la versión coreana del ramen). Pero un día, junto al compañero de piso californiano, decidimos probar cosas al azar, señalando en el menú…

Fue la primera vez que comí tokboki (떡볶이, romanizado como “tteokbokki”). Era enero, con temperaturas negativas de dos dígitos, pero de postre tomé helado. Al pagarle, el camarero me dijo “hot, hot?”. Era lo más picante que había comido nunca, pero me acabé el plato.

Años después, ya acostumbrado al picante coreano, puedo comerlo sin mayor problema. El tokboki (“tteok frito”) es la comida más habitual de los puestos callejeros en Corea, aunque también hay restaurantes especializados (más recomendables). Y este fin de semana fui al “origen”.

Sindang-dong tteokbokkiEn 1953, recien acabada la guerra de Corea, una anciana llamada Mabokrim instaló su restaurante en un solar en el barrio de Sindang-dong en Seúl. En aquellos tiempos el tokboki era salado, mezcla de freir tteok (pasta de arroz) con carne y vegetales. Una receta que venía de la dinastia Joseon. Pero a esta señora se le ocurrió añadir gochujang (salsa de chile). El resultado, tokboki picante, fue tal éxito que rápidamente se extendió por toda Corea, debido a su precio barato y buen sabor.

Sindang-dong tteokbokkiEl restaurante todavía sigue en Sindang-dong, y alrededor del mismo se ha formado una calle con restaurantes similares. Los coreanos la consideran el kilómetro cero del tokboki. De hecho, los propios restauradores han creado la denominación “Sindang-dong tokboki”.

Probé a comer en Sindang-dong, y estaba bastante bueno, pero nada que no pudiera comer en cualquier restaurante similar en Seúl. La olla base incluía tteokk, lamyon, fideos de arroz, vegetales, empanadas fritas y chile. Paradójicamente todo el mundo comía con tenedor, ya que no habían palillos. Tras la comida, un par de imprescindibles yogures ayudaron a asentar la bomba en el estómago. Mi recomendación es ir a Sindang-dong solo si estas muy aburrido.