Me gusta tener visitas y hacer de guía en los palacios de Seúl. Llevo a mis amigos, y les voy explicando todos los detalles que fui descubriendo por mi mismo.
Últimamente, cosa que no me gusta, en varios palacios han puesto guías “obligatorios”, que no te permiten separarte del grupo, de una ruta marcada, y te acaban contando lo que ya viene en el folleto explicativo que puedes tomar a la entrada. Se pierde mucho la capacidad de exploración propia, de fomento de la curiosidad.
Uno de los detalles que me gusta explicar son los agujeros en el suelo, cerca de las paredes de muchos pabellones. Como se ve en la foto, hay pequeños agujeros formando casi una línea perfecta. Paralelos a las paredes, con forma casi redonda, algunos con gravilla dentro… ¿qué son?
Algunos me dicen que son decorativos, o quizás tenían una función litúrgica. Otros, más prácticos, indican que podrían ser marcas de la construcción del pabellón. La solución es más natural y sencilla. Un bello ejemplo de acción del tiempo, cayendo desde las puntas del tejado.
¡Qué bonito detalle! La respuesta suele ser más simple de lo que imaginamos, me ha encantado este post 🙂
^_^