Vivo en una calle secundaria, de edificios de hasta 5 plantas, tranquila. O era tranquila hasta que empezaron a construir la “colmena” que se ve al fondo, en la foto. Ruidos a todas horas, para levantar un edificio de officetels, un término de inglés coreanizado que pretende agrupar office y hotel: sin eufemismos, habitaciones para trabajadores.
A los coreanos les fascina lo nuevo. Hasta el punto de asociarlo a comodidad, seguridad y status social. Algo muy relativo. Incluso reconstruyen palacios, patrimonio de la humanidad, para que luzcan como nuevos (con nueva instalacción de cámaras de vigilancia, de paso).
En mi primera visita a Corea, un amigo coreano intentaba de animarme a mudarme a Corea, así que me llevó a una zona de officetels en Gangnam. -Si vienes podrías vivir aquí; son nuevos y con alta seguridad. -Hmm, si viniera me gustaría vivir en el casco antiguo. Cara de retrato y pena por el pobre extranjero tonto.
Lo cierto es que en mi primer año estuve viviendo en una colmena pequeña, de solo 15 pisos y 8 habitaciones por planta. No uso el término “apartamento” o similar, sino “habitación”, porque realmente son eso. Una habitación grande (según que caso), con una zona de cocina, una zona donde está la cama, un mini cuarto de baño aparte, y la omnipresente pero única ventana. El alquiler a precio de Barcelona. Aparte, casi 90€ mensuales de comunidad para pagar un portero que comía ramen las 24 horas y dos holgazanes de mantenimiento del edificio.
Hay muchas anécdotas sobre aquel edificio, pero la que quiero recordar ahora es la del hermetismo de la única ventana. En realidad, una ventana con dos puertecitas a los lados. Al igual que casi se puede ver en la foto. Vino mi primo de visita y se alojó en casa. Me puse enfermo. Una mañana abrimos las ventanas, para ventilar. Y la puerta del pasillo del edificio. Y las ventanas del pasillo. Pero ni una brizna cruzó la casa. Mi primo enfermó.
Aquel edificio estaba diseñado para evitar movimientos de aire, debido al frío invierno coreano. Pero de una forma tan extrema que más bien recordaba al edificio de Cazafantasmas, diseñado para atraer espectros.
La ventilación, ese gran olvido de la arquitectura coreana moderna. En las casas antiguas, llamadas hanok, hay un patio central que ayuda a mover aire frío y caliente. Pero en las colmenas de officetels y en los gosiwon (residencias de estudiantes, con micro habitaciones de 3m²), nadie necesita ventilación. Total, los coreanos sudan poco. Y cocinan poco. Así que la única opción que queda para mover aire es el aire acondicionado.
Ahora vivo en un one-room. Mucho más barato, en un edificio mucho más pequeño. Sin embargo, en la calle estamos a 15ºC. Tengo la ventana abierta. El aire acondicionado está encendido, moviendo aire. Y hay una astilla en mi mente de ingeniero.
Debe ser interesante diseñar una colmena para que haya luz, corriente, y lo que haga falta, en los momentos en que hacen falta.
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