Infravalorado pero mágico, Jinju

A veces haces un viaje visitando varios lugares y precisamente al pueblo que asignas menos tiempo acaba siendo toda una sorpresa. Me ha pasado en innumerables ocasiones: acabar con una espinita por no haber tenido suficiente tiempo de explorar un lugar inexplorado. Hace poco me pasó con Jinju.

TunnelTenía una visita de familiares y tocaba mostrarles las ciudades importantes de Corea del Sur: Seúl, Busán y Gyeongju. Pero descubrí que en esas fechas (principios de octubre) había un famoso festival de faroles en Jinju, a 1 hora de Busan. Así que hicimos un rodeo.

Jinju es una ciudad no turística. De hecho sólo se conoce por el festival de faroles. En mi caso, intenté encontrar alojamiento allí, pero hay un único hotel en la ciudad, demasiado caro y demasiado clásico. Así que al final solo estuvimos unas horas. Un tiempo insuficiente para poder explorar esta ciudad con un tremendo castillo junto al río, que defendía Corea de las invasiones japonesas hace siglos.

River and castleEl festival de faroles de Jinju es impresionante, con cientos de esculturas de papel iluminadas sobre el río. Cuentan que en la antigüedad dejaban farolillos en el río por la noche, para alumbrarlo y descubrir posibles barcos enemigos. Ahora la tradición es más festiva, con puestos de comida y faroles temáticos.

Este año habían faroles representando países, desde el obvio torero (España) hasta los 4 animales de “Los músicos de Bremen” (Alemania). Había además un tunel de faroles, faroles budistas, faroles en un bosque de bambú, faroles representando el horóscopo chino, faroles explicando historia de Corea, etc…

Fue una lástima no poder visitar el castillo. Espero tener la ocasión de volver al sur del país, visitar otras ciudades cercanas, y detenerme de nuevo en Jinju. Mientras tanto, me queda el fascinante recuerdo de los faroles.

Algunas fotos:

La tarjeta mágica: T-money

TmoneyImagina que tuvieras una “tarjeta monedero” que te sirviera para todo. Para entrar al metro de Madrid simplemente tocando los tornos de acceso, tomar un tranvía en Barcelona, o un autobús en Toledo. E incluso pagar una chocolatina en una tienda 24 horas de Salamanca, o una llamada en una cabina telefónica de Cuenca. ¿Utopía?

Pues esta tarjeta monedero existe en Corea: la T-money. Cuesta 2500 won (1.85€) en cualquier tienda de 24h, y puedes recargarla allí mismo, o en las máquinas junto al metro. Lo habitual es usar la T-money con forma de tarjeta de crédito, pero también hay en tamaños más pequeños, como llaveros. Sirve en cualquier transporte público de cualquier ciudad o pueblo de Corea, así como en muchas tiendas, e incluso en taxis.

colgantes T-moneyEstos días he estado haciendo bastante turismo por toda Corea, y gracias a tener la T-money, no tienes que preocuparte por sacar billetes de transporte, o tener suficiente suelto para pagar el autobús. Virtualmente no necesitas saber que vale cada ticket, y solo tienes que ir recargándola cada cierto tiempo. Eso hace una experiencia turística más fluida.

Solo he visto una tarjeta monedero tan integrada en otro país: Hong Kong (octopus card). En otros países tienes que sufrir la experiencia de perder 10 minutos delante de un mapa críptico tratando de descifrar cuanto vale el ticket hasta tu destino, o acabar pagando de más en el autobús por falta de vuelta.

Si vienes a Corea, ¡es imprescindible!

Seúl también tiene felicidad

Me gustan los vídeos donde sale Seúl, de la misma forma que me gustan los de Barcelona (donde viví 7 años). Ver los lugares por los que he caminado y ver a sus gentes. Antes he publicado algún otro vídeo de Seúl, más bien triste. Así que ya tocaba poner uno lleno de energía.

Lo que me gusta de este vídeo no es la canción en si, sino como te abren el plano en cada escena y te permiten intentar adivinar donde está grabado. Algunas calles, aun estando cerca de mi casa, me ha costado cazarlas. Hay muchos planos en el cruce pacificado de Sinchon, junto al U-plex. Hay planos en Hongdae, y también junto a la estación de tren (que no de metro) de Sinchon. Además de los clásicos: Gwanghwamun, la caracola del arroyo Cheonggyecheon, la montaña Inwangsan, el río Han, el metro cruzando el río, el templo budista de Jogyesa, etc…

Te reto a que descubras dónde está cada plano filmado. Reto solo apto para gente que vive en Seúl.

La precisión del coreano

A veces estudiando otra lengua descubres la tuya propia. En el caso del coreano, me estoy dando cuenta que efectivamente así pasa. Pues el coreano es un idioma con una gran precisión, en el sentido de definir muy exactamente el significado de muchas palabras. Y eso te obliga a encontrar las traducciones perfectas a los términos que estudias.

El español también tiene una riqueza muy amplia, pero solemos olvidarla, y acabamos dando usos genéricos a palabras precisas. Por supuesto, a los coreanos también le pasa con su lengua, incluso llegando a conjugar verbos como adjetivos (p.ej. 졸리다). Sin embargo, la riqueza en sutilezas en el vocabulario coreano es asombrosa. No es lo mismo 향수 (hyangsu, perfume acuoso o colonia), 향기 (hyanggi, perfume en el aire) y 향 (hyang, simplemente perfume).

Un caso muy interesante es el de distinguir “sugerencia (제안)” de “recomendación (추천)”, que es difícil tanto en castellano como en coreano. Cualquiera diría que tienen el mismo significado, pero no es así. Pero ni la RAE deja claro la sutil diferencia, y hay que pararse a pensar un rato hasta encontrarla.

¿Cuál es la diferencia?
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Una sugerencia es un comentario para que algo que está mal mejore, mientras que una recomendación es un comentario de algo que está bien. En el caso coreano, la propia etimología de la palabra dice que sugerencia es “acompañar con la mano” a alguien, como guiarlo o ayudarlo; por otro lado recomendación es “empujar una presentación”, dar a conocer al otro algo que es bueno.

La verdad es que debería apuntarme pares de palabras diferentes, pero que la gente acaba mezclando por falta de sutileza. Otro ejemplo: celos y envidia (la diferencia, en el primer comentario).

La montaña fortaleza

A veces apetece salir a explorar las afueras de Seúl, y encontrarse con la naturaleza o con la historia. Esta vez fuimos a visitar Haengjusangseong (행주산성), la “montaña fortaleza”.

General viewTomando el bus 921 desde Sinchon, pasando por el parque del estadio olímpico y siguiendo el cauce del río Han, se tardan unos 40 minutos en llegar a Haengjusangseong (행주산성). La parada nos deja en un pequeño pueblo junto a la montaña, un lugar lleno de restaurantes donde probar algunos platos del campo coreano. La ruta caminando hasta la puerta de la montaña es bien sencilla y está claramente señalizada.

Esta montaña alojaba una fortaleza que fue clave en la lucha contra las invasiones japonesas. Es famosa especialmente por “el asedio de Haengju. Durante tiempos de Yi Sunshin, los japoneses trataron de tomar la la región de Goyang, y esta montaña junto al río Han era un lugar estratégico esencial. El general coreano Gwon Yul fue capaz de repeler más de 10.000 japoneses con solo 2.300 guerreros, incluyendo monjes que se unieron voluntariamente. La leyenda cuenta también que las mujeres de pueblos cercanos ayudaron subiendo piedras con sus faldas hasta la cima de la montaña.

MapHoy en día no queda ni una pared de la fortaleza, y es simplemente una colina con varios caminos donde pasear. A la entrada hay un santuario en honor al general Gwon Yul y en la cima hay un par de pabellones y un monumento recordando la batalla.

El lugar es interesante para dar un paseo, observar la estupenda vista del río Han desde arriba, y poco más. Personalmente me decepcionó un poco, pues esperaba ver murallas, pero está bien como colina donde relajarse una mañana entre árboles y luego comer en el pueblo.

Algunas fotos del lugar:

Hong Kong, de apocalipsis a edén

Acababa mis agobiantes clases de coreano y me merecía una escapada fuera de Corea. Investigué varios destinos cercanos, desde Camboya a Filipinas, pero teniendo en cuenta que iría solo, la opción era una ciudad. Y Hong Kong apareció. Nunca había tenido interés en esta ciudad-estado, pero tras leer un poco me interesó, especialmente al saber que tenía mucha superficie definida como parque natural. También una reseña de la visita de Felipe y un blog de un canario afincado allí me ayudaron.

Night viewPodría decir que Hong Kong es una mezcla de China e Inglaterra, pero es como decir que España es Marruecos y Francia, o Corea es China y Japón. Si es cierto que Hong Kong retiene algunas costumbres inglesas, como el fascinante té con leche, o la absurda exclusividad de algunos clubs o restaurantes. Pero el idioma inglés, aparte del típico “Hello Néih hóu” como saludo, y los nombres de las calles, ha desaparecido. El cantonés golpea tus oídos nada más llegar.

De hecho, mi primera impresión fue, a parte del calor, el ruido omnipresente. Los semáforos constantemente haciendo golpes mecánicos, las escaleras del metro, el tráfico intenso, las risas de la gente. Mi alojamiento, barato pero en el centro de la ciudad, es quizás el lugar más ruidoso donde he dormido (¡a 50dB!). Suerte que llevaba tapones. Pero di un paseo y entré a un restaurante a comer, y el oido se relajó cuando el sentido del gusto tomó protagonismo.

Too many peopleMis paseos turísticos del primer y segundo día se centraron en lo típico. Comer por las calles de Kowloon, bajar hasta la Avenida de las Estrellas, cruzar desde el continente a la exclusiva isla de Hong Kong. También ir al jardín de Nan Lian y alrededores, que me defraudó al ver que la paz se veía perturbada por el ruido del tráfico cercano. De hecho lo que más me gustó de la zona fue un pequeño parque no turístico, Fung Tak. Paseando por allí solo veía viejas colmenas atestadas de gente.

Mapa de Hong KongEl tercer día mi impresión mejoró mucho, muchísimo, al visitar la isla de Lantau. En ese momento me di cuenta que Hong Kong lo tiene todo, desde la apocalipsis urbana hasta parajes remotos de tranquilidad. La isla de Hong Kong (en violeta) está llena de centros comerciales y hoteles interconectados con pasarelas, comiéndose las calles, haciendo casi imposible orientarse. Enfrente, Kowloon es un área bulliciosa, con mucha vida, comida en la calle, mercados, y gente que sorprendente camina tranquilamente. Lantau es tierra virgen, un remanso de paz y naturaleza. Me quedé con ganas de ver New Territories y otras islas.

Los precios estaban bastante bien. No baratos, como en otros lugares de Asia, pero igualmente interesantes. La gastronomía es tremendamente variada. Así que es buen destino si buscas ir de compras o comer. Pero recuerda llevar tapones de oídos.

Mis fotos de HK en flickr:

Recomendaciones de vuelo transcontinental

Volar a otro continente requiere tiempo y dinero. Para este post, me permitiré hablar del caso España-Corea, que es el que más conozco.

Lo ideal siempre es viajar en vuelo directo, pero entre España y Corea solo Korean Air ofrece la ruta, habitualmente por más de 1000€. La alternativa habitual es hacer una parada, y el precio queda entre 600€ y 900€ (ida y vuelta). Lo más barato que he visto fueron 440€ con Qatar en una oferta invernal, que no recomiendo a nadie, a menos que le guste hacer turismo a -10ºC.

ruta España-CoreaPrimero hay que mirar la ruta más rápida, siguiendo la curvatura de La Tierra, de España ¡a Pekín! Pues los vuelos a Seúl suelen pasar por Pekín, para evitar el espacio Norcoreano. Dicho esto, los hubs ideales para volar directo serían Moscú, Praga, Frankfurt o Munich; aunque no siempre hay ofertas. También son habituales los vuelos con parada en Londres, París (el horrible Charles de Gaulle), Amsterdam o Helsinki. Finalmente existen los vuelos parando en Oriente Medio, o directamente parando ya en el Este o Sureste asiático, pero solo los recomiendo a gente con escaso dinero o aventureros.

Vamos a tomar dos vuelos, uno europeo y otro transcontinental. En el europeo lo ideal es relajarse, leer algo, pero no dormir. Lo habitual es que den de comer una vez, durante el vuelo. El transcontinental es el duro…

El vuelo Europa-Asia suele cruzar la noche, así que hay que dormir lo máximo posible. Si consigues dormir suficiente, llegas a destino fresco. Si no, puede que tengas jet-lag los siguientes 3 o 4 días. Hay gente que se toma una aspirina o similar para prevenir el dolor de cabeza del zumbido del avión. Otros se toman pastillas para dormir, pero eso me parece excesivo. Un buen cojín y forzarse a estar relajado y dormir debería ser suficiente.

En esos vuelos suelen dar de comer 2 veces: a la hora de salir y una hora antes de llegar. Durante el tiempo restante, hay que forzarse a dormir. El aire en un avión transcontinental acaba siendo muy seco, así que es bueno llevar caramelos al vapor o de miel por si la garganta se resiente. Así mismo, beber toda el agua posible. Se puede ir hasta la zona de azafatas y pedir agua. De hecho, normalmente tienen vasos llenos ya preparados. Por supuesto, evitar beber alcohol y moderar el café.

Nada mas subir al avión uno se descalza, y se puede pasear en calcetines. No es mala idea dar 1 o 2 paseos de punta a punta del avión durante el vuelo, para activar la circulación de las piernas.

Siempre hay que llevar en el equipaje de mano un par de cambios de ropa (al menos calcetines y ropa interior). Antes de aterrizar la gente hace unas colas enormes tratando de ir al cuarto de baño, para arreglarse, cuando es mucho más sencillo ir a los aseos del aeropuerto una vez aterrizado. Ahí uno puede cambiarse la ropa interior para salir fresco.

inmigracionUna vez en el aeropuerto, hay que pasar por una serie de controles. Lo habitual es que en el mismo avión te den los 2 papeles a rellenar, antes de aterrizar, así que es buena idea tener un bolígrafo a mano durante el vuelo.

En el aeropuerto de Incheon se suele llegar a la terminal “concourse”, donde a veces ponen cámaras térmicas para controlar que no entre nadie enfermo. De ahí hay que tomar el trenecito subterráneo hasta la terminar principal. De ahí al control de inmigración, donde hay que tener la “Arrival Card” rellenada y presentar el pasaporte. El oficial te indica colocar los dedos índices en un lector de huellas, y mirar a una pantalla para tomar una fotografía.

mercanciasTras pasar el control de inmigración, toca recuperar las maletas. Básicamente echar un vistazo al panel a ver el número de cinta, y bajar hasta la cinta correspondiente. Luego, antes de salir a la calle, hay que entregar el otro papel, el “Custom Declarations”. Como es habitual, hay que decir a todo que NO. Cuando se entrega este papel, en algunas ocasiones te piden hacer una inspección de la maleta. Yo, para minimizar ese caso siempre me pongo en la cola detrás de algún “sospechoso”, esto es, una persona de piel más oscura.

Luego queda, si no se ha hecho en España, cambiar unos euros a wones, aunque recomiendo hacerlo en cualquier banco de Seúl, que será menos estafa que el aeropuerto. Igualmente también se puede sacar dinero con cualquier tarjeta de crédito.

Y… ¡ya estamos en Corea!


Resumen cosas a llevar en equipaje de mano:
– Cambios de ropa.
– Cojín hinchable para la cabeza.
– Caramelos.
– Bolígrafo.
– Aspirina.

Donde se unen 2 aguas

Vivir en Seúl, la segunda mayor área metropolitana del mundo (Tokio es la primera), es muy estresante. El tráfico intenso tanto de vehículos como de viandantes, el ritmo de la ciudad, el aire contaminado, y otros factores, minan diligentemente todo cuerpo humano. Así que buscando un poco de calma nos dirigimos hacia 두물머리(du-mul-mo-ri), “la cabeza de dos aguas”.
dumulmori

Llegar a Dumulmori es fácil. Basta tomar la línea jungang (중앙선) del metro en Wangsimni e ir hasta Yangsu (양수, “aguas gemelas”), en unos 45 minutos. Una vez allí hay se puede empezar el paseo por una pasarela para peatones que va junto a uno de los ríos. Alternativamente se puede alquilar una bicicleta junto a la estación. De hecho hay un carril bici que viene desde Seúl y llega hasta Yangpeyong.

Area mapLa belleza del lugar radica en la naturaleza. Dos masas enormes de agua, el Buk-hangang (río Han norte) y el Nam-hangang (río Han sur) se encuentran para formar el Hangang, antes de su paso por Seúl. Además, hay otros pequeños ríos que también desembocan por la zona. Pasear junto al borde del agua ofrece un espectáculo relajante, ataviado con bruma por la mañana y majestuosidad el resto del día.

La lengua de tierra que separa ambos ríos incluye un pequeño pueblo, estanques, varios jardines y puentes. Es recomendable visitar el jardín Semiwon (atención que no se permiten bicicletas) y de ahí cruzar por un puente de botes hasta el área principal.

두물머리Al final de la península destaca por si solo un impresionante árbol de 400 años, un Zelkova que marca el fin de la tierra. Un árbol que incluye la leyenda de una serpiente que vive en su interior y sale sólo cuando Corea está en peligro. También cuenta la historia que un soldado japonés, durante la ocupación imperial, quiso cortar este árbol pero su hacha se iluminó y se le rompió la mano, por lo que huyo despavorido.

En resumen, un lugar muy relajante para combatir el ritmo de la ciudad, a pocos kilómetros de la misma. No es un destino turístico primario, pues un visitante que quiera conocer los alrededores de Seúl debería ir antes a ver la impactante muralla de Suwon y quizás también el lago Ilsan en primavera (ambos al límite de 1 hora en metro desde Seúl). Tras esto, la cabeza de dos aguas espera.

El gran estratega coreano

La historia nos ha dejado grandes estrategas militares que muchos de nosotros conocemos. Desde Julio César a Genghis Khan, desde Napoleon a Erwin Romell. Y si nos centramos en los estrategas navales, aparte de Nelson no es fácil nombrar a más gente. Almirantes como Blas de Lezo (español), o Yi Sun Sin (coreano), también merecen ser recordados.

Yi Sun-shinEl almirante 이순신 (romanizado como Lee Sun-shin o Yi Sun-Sin) fue uno de los mayores estrategas navales de la historia. Nacido en Seúl en 1545, llegó a comandar la flota coreana contra la invasión japonesa, y a pesar de tener todos los factores en contra, jamás perdió una batalla.

En Corea es quizás el personaje histórico más venerado, junto con el gran Rey Sejong (precursor de la escritura coreana). No hay ciudad que no tenga una estatua de Yi Sun Sin. Pues su historia de sacrificio es realmente inspiradora.

Nacido en casa de una familia acomodada, se desinteresó de las labores típicas de la clase alta y se alistó al ejército, pasando el examen de acceso brillantemente en 1576. Pronto destacó su brillantez, y tras ser asignado a la frontera norte, llegó a capturar al jefe enemigo. Por otro lado, los japoneses decidieron invadir Corea como paso necesario para atacar China.

Tras haber tomado Busan, al sur de Corea, los japoneses vieron que tenían un problema: Yi Sun Sin. Así que enviaron a un doble espía a la corte coreana, para tratar de inducir un ataque suicida. El rey Seongjo cayo en el ardid, y ordenó el ataque, pero Yi Sun Sin desconfiando de los espías, se olió la trampa y se negó. Acusado de traición, fue arrestado y encerrado en una prisión en Seúl, en 1597. Fue torturado con los métodos de la época, mientras que su sustituto al mando de la flota, Won Gyun, cayó en la trampa.

Uno de sus amigos cortesanos logro evitar que lo mataran, y fue reinsertado en el ejército como soldado raso (en la época, una humillación mayor que la muerte). Durante un tiempo obedeció a sus superiores sin rechistar. Pero pocos meses después fue recolocado en su puesto de almirante, tras el desastre de Won Gyun.

La batalla de Myeong-nyang (명량)
El almirante Yi Sun Sin se encontró con una flota totalmente destrozada, con solo 13 navios, apostados en el estrecho de Myeong-nyang, junto la isla Jindo (tristemente famosa por el reciente hundimiento del Sewol). Los japoneses disponían de 133 barcos de guerra, más rápidos que los coreanos, y además al menos 200 barcos de soporte. Sin embargo, con una gran moral Yi Sun Sin definió una estrategia brillante y logró ganar la batalla, dando un golpe brutal a las aspiraciones japonesas. Desde entonces esta victoria es material de estudio obligado a todo estratega militar.

Por cierto, este verano la película “Myeong-nyang” está en los cines de Corea:

También, conociendo la excelente habilidad de los japoneses de abordar barcos, fue el inventor del “barco tortuga“: un barco cubierto por arriba que evitaba abordajes. Coronado con una cabeza con forma de dragón, fue clave para la guerra psicológica con los japoneses.

Murió el 16 de diciembre de 1598, en la batalla de Noryang, luchando con la ayuda de los chinos contra los japoneses. Fue la última batalla que ganó, logrando el fin de la invasión japonesa. Famosas son sus últimas palabras: “Seguid golpeando los tambores de guerra, no anunciad mi muerte”.

El orgullo gay en Seúl

Parade headHace unas semanas descubrí que el desfile del “Orgullo Gay” de Seúl iba a ser en mi barrio. Fue toda una sorpresa, porque Corea es un país muy tradicional, y si bien no hay ninguna ley prohibiendo la homosexualidad, hay una gran parte de la población que es reticente. Todo un contraste con España, el país con más aceptación del mundo. Aunque a mí me encanten las mujeres, tengo muchos amigos homosexuales y buen conocimiento del tema, así no podía desaprovechar la ocasión de ver que se haría en Seúl.

Y ahí empieza el problema: el ayuntamiento no daba permiso. Cada año el gobierno local se inventa una excusa para que el desfile no tenga lugar. Este año era “aun estamos guardando luto por nuestros muertos”, los muertos del ferry Sewol que se hundió 2 meses atrás. Pero los organizadores decidieron hacer el resto de actividades en la calle peatonal de mi barrio. Una calle, por cierto, que se ha “pacificado” desde que solo permiten el paso de autobuses, y solo en días laborables.

A media mañana ya había un gran ambiente (nunca mejor dicho), con un gran escenario central y puestos de todo tipo, desde marcas de ropa a Google, pasando por la embajada de EEUU. La excepción era en los extremos de la calle: en uno el ayuntamiento había instalado un escenario para hace un concierto por el Sewol, y en la otra punta unos pastores cristianos rezaban con movimientos casi espasmódicos, gritando que volvería Jesucristo e historias similares, dando más bien pena.

PeoplePor la tarde se hizo un simulacro de desfile: en una calle lateral los camiones activaron sus equipos de sonido, y la gente se puso a bailar. Mucho iban avanzando por la calle pensando que se hacía desfile, pero al ver que no había desplazamiento acababan bailando de camión a camión. La fiesta duró varias horas, hasta que la policía apareció, pidió repetidamente apagar los equipos de música y dispersarse.

Detalle: en Corea se usa a los jóvenes que están haciendo el servicio militar como refuerzos policiales. Así que ante cualquier manifestación, el centro de Seúl se llena de auténticos batallones de estos jóvenes, simplemente con un chaleco y algunos con escudos. Verlos sin saber esto da una sensación de estado policial total.

Lots of policeMientras cenaba en casa pude saber que algunos manifestantes habían sido rodeados por la policía. Así que me acerqué a verlo. Es un contraste total con las manifestaciones de España. Allá habían un grupo rodeado de 3 capas de “falsos” policías. Podías acercarte sin problemas a echar un vistazo (en España hubiera recibido un porrazo). Los amigos de los rodeados estaban en las inmediaciones, mirando y esperando (en España ya he hubieran lanzado botellas). Llegó un camión de arrestos, y la gente lloraba pero no movían un dedo. Finalmente llegó la policía auténtica, e hicieron el cambio, quedando un anillo de policías, ¡que miraban hacia dentro! Los batallones de los jóvenes se marchaban rápido, y yo hice una prueba (llamadme loco), interponiéndome sutilmente en su camino, pero todos evitaron el más mínimo roce conmigo.

La sorpresa de la noche vino unos minutos después, cuando me di cuenta que en la calle principal habían decidido empezar el desfile. No sé si sería una iniciativa unilateral, pero de pronto la gente estalló de euforia y todo el mundo se unía. Tomando un carril de una de las avenidas, dimos la vuelta al barrio a paso ligero mientras los vecinos y los conductores cercanos daban muestras de entusiasmo. Al final, algunos policías viendo que el desfile estaba en marcha, ayudaron a redirigir el tráfico. Así que fue un final de liberación, un gran final.

Queer parade in Sinchon, Seoul from Julio Martinez on Vimeo.