Es muy habitual venir a Corea de turismo y estar más de una semana. De hecho, varios blogueros coreanos han publicado ya sus recomendaciones: Paella de Kimchi con un completo viaje de 10 días y Eurowon con un viaje de 8 días. Personalmente, esas sugerencias me parecen perfectas, y solo eliminaría el ir a Myeong-dong.
Sin embargo, a veces visitas extremadamente cortas también pueden darse. El caso: un amigo llega a Seúl, no por turismo, y solo tiene una noche y la siguiente mañana libre, antes de tomar el avión de regreso. Para colmo de apuros, su hotel estaba en el mismo aeropuerto, a una hora en tren de la ciudad. ¿Qué puede ver de Seúl?
Noche: Cena en Hongdae
Llegar desde el aeropuerto de Incheon a Hongik University es un paseo de 45 minutos en el tren AREX. Una vez allí, nada como dar una caminata por el paseo de Hongdae, viendo la mezcla de bares, tiendas y ambiente nocturno. Para cenar, dakgalbi, un plato de pollo macerado en chile coreano. Otra opción hubiera sido el clásico samgyeopsal (panceta a la barbacoa). Todo acompañado de soju o makgeolli. Luego una cerveza en el típico bar donde te sirven platos de fruta como “anju” (aperitivos para acompañar el alcohol). Otra opción era ir a un norebang (karaoke coreano).
Mañana: paseo en Jongno (el casco antiguo de Seúl)
Se puede comenzar visitando el palacio de Gyeong-hui-gung, que es el más pequeño de los 5 palacios de la dinastía Joseon, pero representativo. Y el que más me gusta, junto al Chang-gyeong-gung.
De ahí en 4 minutos se llega a la plaza de Gwang-hwa-mun. La estatua del almirante Lee Sunshin destaca en su centro. Un poco más atrás, la del rey Sejong el Grande, el promotor de la escritura coreana. Finalmente se puede ver la panorámica de la puerta del palacio Gyeongbokgung (que no podremos visitar), la casa de tejas azules (residencia de la presidenta de Corea) y la montaña de Bukhansan.
Luego nos acercamos al arroyo Cheong-gye-cheon, caminando por el mismo un par de calles, hasta divisar la torre Jongno. Echamos un vistazo al campanario de Bosingak. Detrás hay varias calles con restaurantes.
Comemos Jjim-dalk, un plato sabrosísimo y no picante, que consiste en pollo y verduras marinadas, en una especie de estofado. Otra opción hubiera sido probar Galbi-jjim. Sugiero estos platos, en lugar del habitual bibimbap o el bulgogi, porque son imposibles de encontrar fuera de Corea.
Finalmente nos acercamos a la calle principal de Insadong, donde comprar algunos regalos. De ahí una visita al cercano templo budista de Jogyesa.
El tiempo se ha acabado. Poco más de 3 horas en Seúl, a ritmo tranquilo pero sin pausas. Tomamos el metro en Jonggak Station, de ahí a Seoul Station, y tren AREX al aeropuerto. ¡Buen viaje!
Pero tú en Seul haces algo más a parte de comer???
Jajaja… Venir a Asia y no comer, es no venir!
He visto muchos posts de “ciudad tal en X días” o casos extremos en una hora, pero una megaurbe como Seúl en 3 horas??? Eso sí, puesta la limitación el recorrido que planteas es estupendo!
De hecho, este caso (un amigo que solo estuvo en Seúl durante unas horas) no es el único caso que conozco. Últimamente va siendo habitual que se organicen convenciones, o eventos similares, en Corea. Llegan, están durante varios días casi sin salir del lugar del evento, y de pronto solo les quedan unas horas antes de volver.
O también podría ser interesante para la gente que tiene una escala muy larga en Incheon, y decide venir a ver la ciudad.
Los que hagan escala en Incheon ya tienen recorridos organizados que les permite aprovechar mejor el tiempo (aunque son más caros y encorsetados, claro). Lo de la gente que acude a convenciones, conferencias, reuniones o actos similares es muy cierto. A todos ellos seguro que este reocrrido les sirve de inspiración 🙂