Oh Chimin se ofreció a pasearnos hoy por Seúl. Al final se nos ha unido otro coreano, un tipo bastante despistado, que sin embargo es 4 dan… milagros de la educación coreana. El lugar para pasear durante la mañana ha sido uno que Chimin tampoco conocía, Samcheong-dong. Es un barrio sobre la faldas de varias colinas, con muchas tiendecitas y restaurantes. Además, a un lado encontramos la Casa Azul, o literalmente la Casa de las Tejas Azules, hogar del presidente de la república. La cantidad de policía alrededor de la zona era bastante impresionante.
Después de comer en uno de los restaurantes, y dar otro paseo por el barrio, hemos cambiado de lugar, saltando a la famosa calle comercial del Myeong-dong. Tras echar un vistazo a la actividad de la calle, hemos decidido practicar uno de los deportes coreanos por excelencia… el karaoke. Por unos 9 euros hemos reservado una habitación, y durante más de una hora hemos estado echando alaridos. La verdad es que el tema empieza un tanto aburrido, pero poco a poco la gente se anima a cantar, se pica, y al final no hay quien coja el micro. Muy divertido.
Más tarde hemos visitado un bar de juegos, con una carta/menú enorme de juegos de todo tipo, desde clásicos como el ajedrez hasta cosas como el Puerto Rico o el Toma 6. Sin embargo ¡no tenían el baduk! He sugerido el Coyote, por tener reglas muy sencillas, y a la vez ser tremendamente divertido: hay que llevar una carta sobre la frente, que no ves, e tratar de estimar la suma de todas las cartas. Por supuesto, con un poco de psicología y confusiones he podido conseguir ganar 2 veces, y Chimin y Fritiof sólo 1 cada uno. El otro coreano ha sido el primer eliminado en cada partida, y le ha costado como 2 partidas en entender realmente de que iba el juego… lo dicho, 4 dan, milagro de la educación coreana. En fin, por unos 7 euros puedes pedir el juego que quieras, te lo explican (en coreano) y luego puedes disfrutarlo un buen rato.