La democracia directa ¿es una opción?

By | 2018-04-20

Forest pathDicen que el actual modo de gobierno, la democracia representativa, es el sistema menos malo. Votas cada 4 años por unos gobernantes que se encargan de decidir por ti en la gestión del país.

Sin embargo con la tecnología actual (desde internet en si al blockchain) se podría implementar una democracia con participación directa, en alguna de sus variantes: participativa, directa, semidirecta e incluso líquida. La idea base es que cualquier ciudadano pueda opinar sobre el tema que le interese, sin esperar 4 años.

Al comentar este tema con varias personas, hemos discutido sobre varios interesantes aspectos que la idea conlleva:

· La democracia directa con tecnología se podría hackear.
Este comentario habitual tiene fácil respuesta: no es posible. De hecho, el recuento en la democracia representativa si puede ser atacado, y por eso cada partido político suele tener apoderados que reportan el conteo local, acumulándolos para tener un conteo total paralelo al conteo oficial, para verificar el resultado. Algo similar, pero con una solidez matemática, hace el sistema blockchain: el conteo está replicado y distribuido, de modo que un nodo no puede cambiar el resultado por si solo.

· También votan idiotas.
Es triste pensar que, si bien la política debería ser la confrontación de ideas, para encontrar consenso en la opción más equilibradas, la política hoy en día es confrontación de bandos. En lugar de sumar ideas, se simplifica a que aquel que no piensa lo que tú es un idiota. Es la actitud fácil, en lugar de plantearse que algunas ideas del “enemigo” pueden tener sentido, e incluso las ideas de tu bando (o las tuyas propias) pueden no ser correctas en la circunstancia actual.

Dada esta opinión de amigo-enemigo, se supondría que dar más poder de decisión a los idiotas del otro bando es malo. Sin embargo en la democracia actual es aun peor: idiotas votan a un político idiota, que puede estar 4 años tomando decisiones según un criterio personal, sin siquiera considerar a sus votantes. Por otro lado, plantearse dar menos poder de decisión a los del otro bando significaría quitarse poder propio (excepto si se quiere plantear una dictadura, claro).

· La responsabilidad de las acciones políticas.
Este punto es muy interesante: si el político decide una acción que acaba siendo un desastre, se le puede juzgar por la decisión (en teoría), pero si es el pueblo el que vota el asunto y se equivoca, ¿a quién meten en la cárcel? Se podría argumentar que es muy raro que un político acabe en prisión, y si es así suele ser por casos de corrupción. Lograr corromper a un pueblo resulta más complicado, pero no imposible: me queda como pregunta abierta.

· El peligro de votantes opinando sobre temas que no son expertos.
¿Necesitamos un gobierno tecnócrata? ¿Deberían los políticos tener una titulación académica relacionada con el área que gestionan? En la práctica no, porque tienen asesores.

En esta disyuntiva la democracia líquida nos ofrece una solución creativa. Las decisiones se organizan en temáticas, y por otro lado uno puede delegar el voto: por ejemplo, puedo decidir que en cuestiones de educación votaré yo directamente, pero que en ecología cedo mi voto a Greenpeace, y en economía a mi primo (que estudió económicas).

Una opción más sencilla es votar solo lo que a uno le interese y conozca. Para forzar esto se podría tener un sistema de créditos, estilo “este mes le quedan 2 votos posibles”. Al final la gente tendería a usar sus créditos cuando realmente le son necesarios.

· El balance entre tener políticos funcionarios, redactores de leyes o gobernantes
Si los ciudadanos podemos votar para decidir todo, ¿qué necesidad hay de tener representantes políticos? Una alternativa es que los políticos fueran solo redactores de leyes. Otra es que fueran gestores de los pequeños asuntos que no requirieran de votaciones, a la vez que fueran vigilantes de las decisiones ciudadanas.


Lo único que me queda claro son 2 puntos: hay una clara involución de libertades en España (y otros países) y la democracia directa podría ser una alternativa para recuperar esas libertades perdidas. Y lo segundo es que me gustaría leer un libro actual sobre sistemas de gobierno, ¿alguna recomendación?