La puertecita del metro
Los tornos de acceso al metro de Seúl se bloquean si intentas entrar sin pagar. Algo normal en cualquier suburbano del mundo. Sin embargo, a un lado tienes una pequeña puerta, tocas el botón, suena una música y se abre. Sin pagar. Se supone que está pensada por si tienes algún problema, para poder entrar y salir libremente. Cosas como perder la cartera, tener una tarjeta de transporte defectuosa o ir con una prisa extrema (como podría deducirse de la imagen). La música está para alertar al resto de usuarios que está entrando alguien, pero es tan habitual que la ignoran. Algo así en España significaría una cola enorme para entrar sin pagar. Pero aquí, como el metro realmente es un servicio público, y los coreanos tienen un sentido colectivo desarrollado, la puertecita funciona.
Los recicladores responsables
El reciclaje en Seúl es muy variado: básicamente porque cada distrito tiene sus propias reglas. Algunos obligan a separar hasta 4 distintos tipos de plásticos, mientras otros con separar el plástico del orgánico ya están satisfechos. Eso queda en contraposición a que muchos coreanos acaban tirando todo a la basura genérica, a pesar de tener cubos bien diferenciados en la salida de cada edificio. Por otro lado, ancianos con poca pensión suelen dedicarse a recoger basura reciclable: cartones, latas, etc. Pasan por cada edificio, y con un cutter en la mano abren la bolsa de basura, sacan lo que encuentran de “valor” y vuelven a cerrar la bolsa, precintándola con cinta adhesiva. Lo dejan todo ordenado, así que ningún vecino se queja. La educación por encima de la subsistencia, porque no sé cuanta pérdida será el gasto de cinta adhesiva.
El portátil seguro en cafeterías
Las cafeterías en Corea son caras (entre 2€ y 5€ la taza). Pero porque pagas el espacio, no el café. Así que puedes estar toda la tarde en una cafetería sin necesidad de pedir una segunda taza. Esto las convierte en el lugar de estudio favorito de muchos universitarios. Con WiFi siempre gratis, también incluida en el precio de la taza, despliegas en la mesa portátil y teléfono. ¿Hay que ir al baño, o a la calle a hacer una llamada? No es problema, dejas tu electrónica en la mesa y te vas. Nadie te va a robar. Hay casos extremos, de gente que desaparece hasta 1 hora, dejando de todo en la mesa. Confía en que el resto de la gente hará de vigilantes, al estar en una sociedad colectivista.
De estas 3 cosas sorprendentes, la que más habitúo es la tercera. Aunque no soy tan atrevido (o ingenuo) como algunos coreanos, y si estoy solo y no estoy en una cafetería de dueños conocidos, prefiero esperar y pasar por el baño justo antes de salir. ¡Costumbres de occidente!
En cuanto a la primera debo decir que me sorprendió la cantidad de gente que vi colándose (por arriba o por abajo) en el metro en la semana que estuve.
Sobre la tercera… buf, yo quiero hacerlo pero aún no me he atrevido >_<
Aunque en algunas estaciones la puertecita está libre, en otra está bloqueada y solo la abren si les convence tu explicación. Tal como dice Xanday, mucha gente se cuela en los tornos, por arriba o por abajo, en vez de usar la puertecita. Por eso en las horas punta suele haber abueletes controlando que todo el mundo pague.
Yo también he visto casos y casos con lo de la puertecita. Una amiga salió tocando el botón y sin decir nada, ancianas entrando por la cara, etc. Pero también en alguna ocasión alguien que finalmente no pudo pasar.
Por cierto, algo similar me pasó en el bus una vez. Al entrar paso la tarjeta y me da error, así que decido bajarme… pero el conductor ¡me insiste en que suba!
Un busero bondadoso… ¡ver para creer!