Probablemente la primera palabra que aprendí en la clase de coreano fue “pali”. La profesora no paraba de decir “pali-pali” todo el tiempo. Pali (빨리) es un adverbio que significa rápido, o rápidamente. Junto con “estudiar”, son las 2 palabras clave que definen la vida de los coreanos.
En clase, el concepto “rápido” es lo más destacado. Las clases van realmente rápido, y si desvías la atención unos instantes, estás perdido. Además, cada día me asignan una buena cantidad de deberes para casa. Algunos días son tantos que no tengo tiempo para estudiar vocabulario, o simplemente para respirar. Intento hacerlo más llevadero tratando de ser creativo, añadiendo una pizca de humor.
Estos días me está pasando algo que es, en cierta manera, una metáfora de la vida en Corea.
En clase no hemos estudiado “느리게”, adverbio que significa “lentamente”. Pero si hemos estudiado “늦게”, adverbio que significa “tarde” (como en “llegar tarde”). Lo divertido es que en una redacción he utilizado “lentamente”, y la profesora me lo corrige, cambiándolo por “tarde”. Así, como muestra la imagen, “se despertó lentamente” se convierte en “se despertó tarde”. Pero, ¡ya varias veces me han tachado la palabra “lentamente”!
Por supuesto, entiendo que quizás el uso de esa palabra en concreto no sea la más natural en cada frase. Pero es muy curioso que las profesoras instintivamente cambien no sólo la palabra, sino también el significado. Como si vivir apresuradamente fuera lo correcto.
Así que ya tengo una buena definición para mis vivencias en Seúl: el hombre tranquilo en la tierra de la prisa.
qué estrés!!
Sí que es curioso…
O sea: lento=tarde. Conclusion: hazlo rápido! Lo qué? Todo!!!
No, no, Felipe, no caeré 😛