La luz del sur

By | 2005-10-31

Cada vez que hago el viaje Barcelona-Alicante trato de dormir un poco en el avión, para no notar que me muevo sobre el globo. Pero cuando salgo del aeropuerto, me invade la luz. Es increíble, son sólo 3 grados de latitud, pero el sol de Alicante brilla con una intensidad totalmente eclipsante. El aire huele distinto. Y el ruido de la ciudad desaparece… mis oídos tratan de escudriñar el ambiente, buscando el sonido del tráfico, las ambulancias, pero sólo oigo el ruido de fondo de mis propios oídos percibiéndose a si mismos. Todo cambia, nada cambia, los detalles lo hacen todo.

Voy a por mis gafas de sol. Lástima que no tenga ningún instrumento que tocar aquí, para saciar mis oídos. Sólo huelo a comida, a lo lejos. La torta de aceite ya no sabe como sabía, pero es mejor que la coca de llardons. El tacto del teclado siempre es el mismo.