La historia nos ha dejado grandes estrategas militares que muchos de nosotros conocemos. Desde Julio César a Genghis Khan, desde Napoleon a Erwin Romell. Y si nos centramos en los estrategas navales, aparte de Nelson no es fácil nombrar a más gente. Almirantes como Blas de Lezo (español), o Yi Sun Sin (coreano), también merecen ser recordados.
El almirante 이순신 (romanizado como Lee Sun-shin o Yi Sun-Sin) fue uno de los mayores estrategas navales de la historia. Nacido en Seúl en 1545, llegó a comandar la flota coreana contra la invasión japonesa, y a pesar de tener todos los factores en contra, jamás perdió una batalla.
En Corea es quizás el personaje histórico más venerado, junto con el gran Rey Sejong (precursor de la escritura coreana). No hay ciudad que no tenga una estatua de Yi Sun Sin. Pues su historia de sacrificio es realmente inspiradora.
Nacido en casa de una familia acomodada, se desinteresó de las labores típicas de la clase alta y se alistó al ejército, pasando el examen de acceso brillantemente en 1576. Pronto destacó su brillantez, y tras ser asignado a la frontera norte, llegó a capturar al jefe enemigo. Por otro lado, los japoneses decidieron invadir Corea como paso necesario para atacar China.
Tras haber tomado Busan, al sur de Corea, los japoneses vieron que tenían un problema: Yi Sun Sin. Así que enviaron a un doble espía a la corte coreana, para tratar de inducir un ataque suicida. El rey Seongjo cayo en el ardid, y ordenó el ataque, pero Yi Sun Sin desconfiando de los espías, se olió la trampa y se negó. Acusado de traición, fue arrestado y encerrado en una prisión en Seúl, en 1597. Fue torturado con los métodos de la época, mientras que su sustituto al mando de la flota, Won Gyun, cayó en la trampa.
Uno de sus amigos cortesanos logro evitar que lo mataran, y fue reinsertado en el ejército como soldado raso (en la época, una humillación mayor que la muerte). Durante un tiempo obedeció a sus superiores sin rechistar. Pero pocos meses después fue recolocado en su puesto de almirante, tras el desastre de Won Gyun.
La batalla de Myeong-nyang (명량)
El almirante Yi Sun Sin se encontró con una flota totalmente destrozada, con solo 13 navios, apostados en el estrecho de Myeong-nyang, junto la isla Jindo (tristemente famosa por el reciente hundimiento del Sewol). Los japoneses disponían de 133 barcos de guerra, más rápidos que los coreanos, y además al menos 200 barcos de soporte. Sin embargo, con una gran moral Yi Sun Sin definió una estrategia brillante y logró ganar la batalla, dando un golpe brutal a las aspiraciones japonesas. Desde entonces esta victoria es material de estudio obligado a todo estratega militar.
Por cierto, este verano la película “Myeong-nyang” está en los cines de Corea:
También, conociendo la excelente habilidad de los japoneses de abordar barcos, fue el inventor del “barco tortuga“: un barco cubierto por arriba que evitaba abordajes. Coronado con una cabeza con forma de dragón, fue clave para la guerra psicológica con los japoneses.
Murió el 16 de diciembre de 1598, en la batalla de Noryang, luchando con la ayuda de los chinos contra los japoneses. Fue la última batalla que ganó, logrando el fin de la invasión japonesa. Famosas son sus últimas palabras: “Seguid golpeando los tambores de guerra, no anunciad mi muerte”.
Muy interesante!
13 vs 130 la leche
En realidad es más sorprendente aún. Durante la primera parte de la batalla SOLO el barco del propio almirante participó en la batalla, mientras que los otros 12 permanecían atrás, esperando huir. Yi Sunsin se colocó en un estrecho, obligando a los barcos japoneses a pasar en grupos pequeños, de modo que así tenía opciones. Equipado con cañones superiores, y ayudado por las corrientes del estrecho, soltó el ancla y como punto inmóvil se dedicó a repartir…
Más en la wikipedia (en inglés)
No me extranya que quisieran huir… buf