Una de los lugares más visitados en Seúl es el arroyo Cheong-gye-cheon (ì²ê³„천), literalmente “el arroyo de montaña limpio”. EtimologÃa curiosa, porque hace 10 años pasaba por allà una autopista y el riachuelo estaba lleno de suciedad. Pero el alcalde de Seúl hizo una apuesta por la zona y lo renovó en toda su longitud (unos 8 Km), de modo que pasó a ser uno de los lugares favoritos de los seuleses.
Por supuesto, en innumerables veces he paseado por el Cheonggyecheon. El paseo te desconecta de la ciudad, aunque a veces hay demasiada gente: parejas con andares románticos, monjas haciendo footing (según dice Felipe) y muchos turistas.
Un momento… yo no querÃa hablar del Cheonggyecheon. Yo querÃa hablar del Seong-buk-cheon, ¡el arroyo secreto! Buscad, buscad, que no sale en ninguna guÃa…
El Seongbukcheon, literalmente “arroyo del pueblo del norte”, nace en Bukhansan. Pero el paseo transitable empieza en la parada de Hansung Univ. (lÃnea 4, en la parte este del centro de Seúl) y desemboca 4.5 Km después en el Cheonggyecheon.
Lo reformaron casi al tiempo que el otro, pero la gracia es que solo está transitado por gente del barrio, asà que es mucho más tranquilo. Ideal si quieres pasear. O hacer ejercicio, pues el suelo está pavimentado con goma y debajo de cada puente hay aparatos de gimnasia (muy tÃpico de Corea). Además, si quieres comer auténtica comida coreana, también es una gran opción: a los lados del arroyo hay innumerables restaurantes pequeños, tÃpicos coreanos, con pinta de baratos y buenos (eso si, no esperes ver carta en inglés).
Lo descubrà casi por casualidad. Estaba paseando con un amigo por Naksan, junto la muralla este de la ciudad, y quise ver que era esa lÃnea azul que aparecÃa en el mapa. En los mapas aparecen a tramos entrecortados pero el paseo del arroyo es continuo hasta su final. También, via mapas, descubrà otro riachuelo que pasa por Jegi-dong y también desemboca en el Cheonggyecheon… pero el Seongbukcheon es mucho más interesante.
¿Cuándo vamos?
Pues otra vez será
A ese voy bastantes veces a correr, para variar la ruta y por el suelo acolchado. Es cierto que hay menos gente, pero el sendero también es más estrecho, asà que a veces toca dar y recibir empujoncitos. Muy agradable, eso sÃ. Y además justo al lado de casa 🙂
Yo quiero ir un dÃa a comer o cenar, porque los restaurantes del principio tenÃan buena pinta… muy coreanos (para bien o para mal).